COLUMNA DE OPINIÓN
Patricio Arroyo Jofré Director de Escuela de Pedagogía en Educación Física U. San Sebastián
Presidente del Consejo Académico Nacional de Educación Física (CANEF)
El 6 de abril se celebra el Día de la Actividad Física y el 7 de abril se conmemora el Día de la Salud, ambos días proclamadas por la ONU y la OMS, respectivamente. Estas dos fechas no pueden ser indiferentes para nadie, ya que, si unimos sus dos propósitos, tendremos la solución a muchos de los problemas de salud que tienen los seres humanos.
“La actividad física es salud”, se señala en algunos eslóganes. La verdad es que la evidencia científica ratifica que el realizar actividad física sistemática provoca una mejora en la calidad de vida y una disminución de factores de riesgo asociados a la inactividad que ningún fármaco en el mundo entrega.
A simples luces, la población entiende la importancia de esto. Sin embargo, llama mucho la atención que no se refleje en los indicadores de salud. La Encuesta Nacional de Salud muestra niveles altísimos de sedentarismo en la población y si se toman los resultados desde el 2003, solo se ha podido bajar en 2 puntos porcentuales.
¿Por qué sucede esto? Lo más probable es que, al anteponer los aspectos estéticos, la mayoría de las personas se disponen a comer saludable y realizar actividad física sólo meses antes del verano, lo cual imposibilita que mantengamos este hábito de una manera continua.
Estas conductas sólo reflejan que desde el ámbito de las políticas públicas debe existir un trabajo constante que tenga como propósito promover y permitir el acceso a la actividad física y el deporte a todas las personas. Contar con una cultura de actividad física para la salud en todas las edades, pero por sobre todo desde la infancia, provocará que las personas prioricen su calidad de vida y bienestar, pasando los aspectos estéticos a segundo plano.
En el ámbito educacional es vital promover la actividad física dentro de cada establecimiento, aumentando las horas de la asignatura de Educación Física y Salud, y transformando los colegios en lugares activos, en donde esté presente la actividad física y el ejercicio en rutinas que van desde el transporte, pausas activas y actividades académicas.
Estas últimas iniciativas están contempladas en el plan “Demos la vuelta a la manzana”, propuesto intersectorialmente por el Ministerio de Salud, Mineduc y CANEF (Consejo Académico Nacional de Educación Física), el cual tengo el honor de presidir desde hace varios años.
No podemos quedarnos solo en que el ejercicio es importante para controlar el sobrepeso y la obesidad; el promover el ejercicio es algo más global que integra más variables formando personas integrales, sanas y activas.
Celebremos el día internacional de la actividad física reflexionando sobre estos aspectos y quizás logremos en algún momento bajar estos indicadores de inactividad.