por Hugo Ortiz De Filippi Abogado
Nos deje una amarga sensación de injusticia, la decisión del Gobierno de marginar definitivamente a los alumnos de los tres quintiles más vulnerables de universidades privadas, de la gratuidad anunciada para el próximo año.
El rector Carlos Peña en su columna dominical, se refiere siempre a distintos temas, pudiendo estar uno de acuerdo o en desacuerdo, pero lo publicado el domingo pasado con el título “Improvisaciones en educación”, es lamentablemente cierto.
Uno de los eslóganes de la campaña de la Sra. Bachelet, fue el luchar por la igualdad de oportunidades
y no deja de ser irónico que sea su gobierno, el que transgreda este principio tan flagrantemente a la hora de comenzar a instalar la más importante de sus políticas”.
Para hacer esta aseveración, tenemos que preguntarnos ¿Dónde estudian mayoritariamente los jóvenes de familias más pobres? Y para responder seriamente, tenemos que tener alguna base de datos. Son muchos miles de estos jóvenes, que por mil razones, no se pueden inscribir en las universidades que van a acceder a la gratuidad y no parece ajustado a la equidad, que ellos, queden excluidos del beneficio, en circunstancias que mucho lo necesitan.
De acuerdo a la Encuesta Casen 2013, la decisión del Gobierno excluye a 330 mil estudiantes de universidades privadas y de instituciones de formación técnica, con igual nivel de vulnerabilidad de quienes serán beneficiados el próximo año.
Frente a esta situación, solo nos queda pedirle a la autoridad, que enmiende rumbo y que incluya a todos los que lo necesitan. No es necesaria ninguna reforma tributaria, para financiar lo que estaría faltando. Solo se requiere que se inviertan bien los recursos.
