Niños, autoridades y servicios públicos visitan nueva sala Gesell de Juzgado de Familia de Valdivia

La presidenta de la Corte de Apelaciones de Valdivia, ministra Emma Díaz Yévenes, y el ministro encargado de la unidad de apoyo a la Reforma de Familia, Juan Ignacio Correa Rosado, encabezaron ayer -jueves 23 de julio- la visita guiada a la nueva sala Gesell del Juzgado de Familia de la ciudad.

 

Recorrido al que asistió invitada la gobernadora provincial, Patricia Morano Büchner; el seremi de Justicia, Alejandro Reyes Catalán; magistradas de los juzgados de Familia de Valdivia y Osorno, representantes del Ministerio Público, Defensoría, Sename y niños y niñas representante de la oficina de protección de derechos  de Valdivia y del programa de prevención comunitaria de San José de la Mariquina, entre otros.

 

En la ocasión, la presidenta Emma Díaz sostuvo que con la puesta en marcha de salas Gesell, el Poder Judicial ha dado pasos firmes en el reconocimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

 

“Nuestro compromiso, como Poder Judicial, es ver a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho (…) y este espacio es el lugar donde pueden ejercer su derecho a ser oídos. La implementación de esta sala es extraordinariamente importante, ya que con ella, además, evitamos la revictimización”, agregó la presidenta del tribunal de alzada.

 

Ventajas

Las salas Gesell son espacio habilitados al interior de los juzgados de Familia que permiten a menores y adolescentes -víctimas y/o testigos de vulneración de sus derechos, maltrato físico, sicológico y/o sexual- ejercer el derecho a ser oído en un ambiente cómodo, adecuado y con el apoyo de profesionales especialmente capacitados. Las salas cuentan con un lugar para entrevistas y otro de observación, a través de un espejo unidireccional.

 

Las salas están equipadas con tecnología de última generación para registrar audiovisualmente las declaraciones que presten los menores, registros que son utilizados por los jueces, quienes pueden escuchar varias veces los relatos y observar las conductas, evitando que los niños y jóvenes se sientan presionados, coartados y que deban repetir varias veces la experiencia, con lo que se disminuye la irrupción del fenómeno de la revictimización o victimización secundaria.

 

El testimonio de niñas, niñas y adolescentes queda grabado en audio y video, permitiendo utilizar dichos registros en procesos judiciales. Además, puede ser analizado por profesionales especializados, magistrados y consejeros técnicos, quienes pueden acceder al material para analizar el relato y observar con detención la conducta verbal y no verbal de los menores, las veces que sean necesarias.

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