Por Augusto Sanhueza Ex Gobernador y Academico Universitario
Concluido el tiempo de las lamentaciones, parece haber llegado el de las burocráticas investigaciones. Y el de las interminables conclusiones. Las que, tratándose de intereses públicos, suelen quedar casi en nada. Porque muchas de ellas suelen rondar la corrupción y la política. Pero, sea como fuere, la mancha histórica sigue ahí: para vergüenza de los responsables. Perdón, de los “presuntos responsables”, de este “presunto delito”.
Y la Mancha está en plena esquina de la Plaza de Armas de Río Bueno. Para que todo el mundo la vea, incluso los turistas. Y se pregunten ¿Y cómo fue esto? Y, después: ¿Y no han hecho nada? ¿Cómo, todo sigue tal cual? Ni que aquí se hubiera instalado la Omertá.
Ajá. La Omertá es el código de honor siciliano que prohíbe informar sobre los delitos considerados asuntos que incumben a las personas implicadas.
Si el asunto de la Mancha acaba por taparse con fiestas y más fiestas, que Dios nos pille confesados. Porque, para decirlo claro y raspado, regresamos a aquel tiempo funesto y vil donde a la personas se las desaparecía y quienes lo hacían se lavaban las manos. Y los cómplices “pasivos y activos” seguían con su negocio, como si nada.
Mala siembra es aquella donde los” presuntos culpables” de “presuntos delitos” quedan impunes: porque los pueblos que la practican van derechito al abismo.
Prioridad uno: aclarar lo de la Mancha Histórica.
Prioridad dos: sancionar ejemplarmente a quien /o quienes resulten responsables de esta propiedad municipal.-