Adultos mayores viven con miedo

600.000 ancianos viviendo solos, bajas pensiones y víctimas preferentes de asaltos, nos convierten en uno de los sectores de mayor vulnerabilidad.  

En Chile, los adultos mayores viven con miedo a ser víctimas de un homicidio, un asalto o cualquier tipo de delito. Es en este contexto que se instaló una nueva moda delictiva, consistente en asaltar en su residencia a personas mayores que viven solas.   De esta forma, ya no solo es el robo de su pensión a la salida del banco, en el cajero automático,  o el robo con fuerza en la calle. Ahora se suma el turbazo a la vivienda de la tercera edad.  Este delito tiene un fértil campo no solo debido a la crisis de seguridad que enfrenta el país, sino a que más de 600.000 adultos mayores viven solos.  Por esta razón resulta fácil asaltarlo en su domicilio.

  A lo anterior se suma que LAS VÍCTIMAS NO ESTÁN DENUNCIANDO, por el temor a  dejar la casa sola y por no enfrentar la burocracia que le quitará tiempo y  recursos al  gastar en movilización.  Así las cosas,  los adultos mayores asumen su pérdida y curan sus lesiones y no denuncian.

 Según la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC), el 87.7% de los chilenos perciben un aumento en la delincuencia. Las principales preocupaciones incluyen robos, hurtos y violencia callejera. A pesar de los avances en la implementación de estrategias de seguridad  lo concreto es que  la inseguridad sigue siendo un desafío significativo.

Los otros riesgos para el Adulto Mayor

Los adultos mayores enfrentan otros riesgos que ponen en peligro su bienestar y seguridad. Entre los más destacados se encuentran:

Salud Mental:

La salud mental de los adultos mayores es un problema latente en Chile. Según un estudio de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el 52% de las personas mayores de 60 años presentan síntomas ansiosos, y el 38% muestra síntomas depresivos. La soledad y la falta de apoyo social son factores que contribuyen a estos problemas.

Enfermedades Crónicas:

Las personas mayores son más propensas a padecer enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares, respiratorias y neurodegenerativas. Estas condiciones pueden limitar su movilidad y aumentar su vulnerabilidad a situaciones de riesgo.

Bajas pensiones.

No requiere mayor análisis.

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