Hace 30 años, cada mes de marzo la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realiza un llamado
a conmemorar el Día Mundial del Agua con el fin de crear conciencia e inspirar acciones para
abordar la crisis global que afecta a este recurso. En el mundo entero, y específicamente en
nuestro país, este llamado nos ha hecho acuñar diversas consignas que a veces parecen atractivas,
como la del «saqueo», que dificultan construir una solución. Siempre es más fácil culpar a otros
que reconocer un problema común donde todos podemos aportar.
El cambio climático, y en particular la escasez hídrica, son hechos que impactan a diario en
nuestras vidas. La disminución de precipitaciones, desde hace más de una década, pasó de ser una
emergencia puntual a una condición estructural, planteando grandes desafíos en ámbitos sociales,
económicos y ambientales. Sin ir más lejos, hoy en Chile la escasez de agua afecta a cerca de un
millón de personas según datos de la Fundación Amulén, más de un tercio de la población mundial
vive en zonas afectadas por la sequía, y la ONU prevé que para 2050 la demanda mundial de agua
aumentará en un 55%.
Este nuevo escenario exige un cambio de mirada de todos los sectores, incluyendo aspectos tanto
individuales como comunitarios. Este cambio requerirá adaptación, capacidad de innovar y mayor
conciencia sobre su uso. El agua es un elemento vital para nuestras vidas, no solo para beber, sino
también para alimentar y mantener los distintos ecosistemas, jugando un rol clave en nuestras
aspiraciones de lograr un desarrollo sostenible.
Es en este contexto, desde la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San
Sebastián, estamos creando un centro de investigación de carácter interdisciplinario y con foco en
la acción, que nos permita aportar con alternativas para que tanto las familias, como sus entornos
naturales y productivos puedan enfrentar y adaptarse a este nuevo escenario.
En los próximos años la situación no mejorará, por lo que cada acción, cada gota contará. Como
universidad reafirmamos nuestro compromiso a colaborar con los actores público, privado y de la
sociedad civil para actuar decididamente en la «Acción por el Agua» a la que hoy nos invita
Naciones Unidas.
María Emilia Undurraga Marimón
Federico Errázuriz Tagle
Facultad de Ciencias de la Naturaleza
Universidad San Sebastián