Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Conferencista, escritor e investigador (PUC)
El Trastorno del Espectro Autista (cuyo acrónimo es TEA) representa a un amplio
abanico de manifestaciones psicológicas, siendo el tema de las habilidades sociales una
de las áreas más complicadas y desafiantes para las personas con TEA.
La variabilidad que existe al respecto de este trastorno, implica que cada persona
afectada tenderá a mostrar un perfil de carácter único en cuanto a fortalezas,
dificultades y necesidades, lo que significa que el impacto en relación con las
habilidades sociales también será diferente y particular para cada caso.
Por lo mismo, el experto en autismo, José Ignacio Leyda Menéndez, se plantea la
siguiente e importante pregunta: “¿Cuál es el impacto del autismo en las habilidades
sociales y cómo se puede apoyar el desarrollo de estas habilidades en las personas que
sufren de este trastorno?”.
No cabe duda alguna, que las habilidades sociales resultan ser fundamentales cuando
un individuo determinado desea alcanzar una interacción interpersonal con los demás
que sea efectiva y gratificante. En este sentido, en aquellas personas con trastornos
del espectro autista tiende a producirse una serie de dificultades en relación con la
interpretación de señales sociales de carácter no verbal, tales como intentar “leer” el
lenguaje corporal o interpretar y descifrar las expresiones faciales de aquella persona
que se tiene al frente, algo que, muy a menudo, redunda en la generación de malos
entendidos, o bien, en una pobre y menos efectiva comunicación.
Asimismo, se pueden presentar una serie de desafíos y retos en la comprensión y
manejo de las propias emociones y de las emociones de los demás, afectando de esta
manera la capacidad del sujeto de empatizar con otro individuo y de responder con
reciprocidad en las relaciones interpersonales, no sólo en lo relacionado con personas
extrañas, sino que también al interior de la propia familia. Al respecto, es preciso
destacar –y recordar– que las personas con TEA tienen un “sistema operativo cerebral”
que es distinto al de las personas que no tienen TEA
Adicionalmente, las personas con TEA pueden manifestar intereses muy intensos y
específicos de carácter –en ocasiones– casi obsesivos, lo que podría limitar las
actividades y conversaciones a esos temas exclusivos, dificultando la diversidad
temática en las interacciones de carácter social.
No obstante lo anterior –y a pesar de estos constantes desafíos– resulta crucial ser
capaces de reconocer que tener TEA no implica, necesariamente, una falta de deseo
en la persona de interactuar o de mantener relaciones interpersonales con otros
individuos.
Tanto es así, que muchas personas con TEA desean –de manera ferviente– hacer
amigos y poder conectarse con otros, aunque para ello tengan que enfrentar una serie
de barreras con la finalidad de poder hacerlo de “manera convencional”, entiéndase
“normal”.
Finalmente, tengamos muy presente, que el cerebro de las personas con autismo,
tiene un sistema de procesamiento de la información que es distinto al de otros seres
humanos.