Por Marco Leal, seremi de Gobierno Los Ríos
“Aunque los pasos toquen mil años este sitio no borrará la sangre de los que aquí cayeron y no se extinguirá la hora en que caíste aunque miles de voces crucen este silencio”. Con estos versos de Pablo Neruda, nuestro Gobierno en Los Ríos quiso entregar un reconocimiento a las víctimas y familiares de Detenidos y Ejecutados Políticos que hace años sufrieron apremios en el ex cuartel general del Ejército y que hoy son las dependencias de la Gobernación de Valdivia y la Seremi de Bienes Nacionales.
Es por ello que junto a la conmemoración del Día Nacional del Ejecutado Político, que se realiza el 30 de octubre, queremos ir más allá en la reparación de la memoria, la búsqueda de la justicia y el recuerdo de la verdad; esto a través de la instalación de una placa en este edificio fiscal que simbolice la historia de nuestros ciudadanos, que por pensar distinto, la dictadura quiso callar su voz. Pero mientras Chile tenga un Gobierno que defienda la vida, estos hechos no volverán a ocurrir.
Así es como el Ministerio de Bienes Nacionales creó la Unidad de Derechos Humanos, cuyo objetivo es sistematizar los estándares generales del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, aplicables a las políticas públicas sobre reparación simbólica y sitios de memoria donde se violaron los derechos humanos, velando por su mantención básica y permanente. También desarrollaremos una estrategia específica para vincular a los sitios de memoria histórica con las nuevas generaciones, porque es necesario que nuestros niños y jóvenes sean el alma de esta lucha que lleva por nombre vida, y para que nunca más en Chile se vuelvan a violar los derechos y la dignidad de nuestros habitantes.
Nuestra Presidenta Michelle Bachelet ha manifestado que nuestro país debe avanzar en una sociedad democrática con cultura de paz y aceptación, donde el respeto a los derechos sea la base normativa para la convivencia y la valoración de la diversidad. No debemos olvidar, no podemos borrar con el tiempo lo que el dolor sembró con angustia y desesperación. Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro, y en Chile aún hay muchas historias que contar, recuperar, reparar y que no se deben olvidar jamás.