Por Felipe Mancilla , egresado de Derecho y consejero Nacional de RN Región de los Rios
La presidenta en su programa de gobierno durante la campaña presidencial prometió con mucho enfasis «tendremos una educación pública, de calidad y con gratuidad universal». Bueno, ha pasado el tiempo y hasta hoy nada de eso se ha cumplido, ni siquiera discutido. Muy por el contrario, hemos caído en el debate de si el lucro es bueno o malo, si se puede o no arrendar un inmueble, si los sostenedores pueden pedir crédito, o si se debe condenar con cárcel el lucro en la educación, pero ninguna palabra de calidad hasta ahora. Esta reforma, es la peor de las improvisaciones en que podría haber caído el gobierno, en un tema que a nivel nacional existe consenso -que debemos mejorar la educación pública- se ha intentado imponer a la fuerza por una mayoría circunstancial en el Congreso, un sistema que ya fracaso cuando el ex Presidente Allende la estableció en 1971 con el nombre Educación Nacional Unificada, cuyo objetivo fundamental era poder introducir en la educación la ideología socialista-marxista, estructurando la educación de acuerdo a criterios igualitarios y equitativos.
En la interpelación del día de ayer al Ministro Eyzaguirre, quedo demostrado que ni siquiera él -encargado de conducir esta reforma- tiene claro cuales son los plazos, cuantos colegios lucran, cuantos de ellos se cerrarían, por lo que sería afortunado que al menos una vez señale algo de lo cual tenga certeza.
Resulta bochornosa la conducción que se ha tenido en esta materia, peléandose los parlamentarios del mismo gobierno por la prensa, con un ejecutivo que no ha escuchado a los actores principales en la educación, los profesores por ejemplo, sin hacer un análisis de la bolsa de gatos que tiene Gajardo en el colegio de profesores, son estos los primeros ha quienes se debió haber invitado a debatir y buscar fórmulas de como mejorar la educación. Por otro lado tenemos el descontento generalizado de los movimientos estudiantiles, con las quejas constantes de la Confech, sumado a las críticas y solicitudes de renuncia al ministro por parte del diputado Boric , quien fue uno de los grandes referentes de las demandas estudiantiles en su momento.
Otro absurdo en esto, es limitar la libertad de los padres de elegir el colegio de sus hijos, se llenan la boca hablando de libertades por aquí y por allá, y a la primera oportunidad la coartan y le ponen techo a la posibilidad de elegir como familia y decidir su fututo, obligándolos a observar de brazos cruzados.
Ojalá, por el bien del país y de las familias chilenas, este gobierno recobre el sentido común y rectifique el rumbo, deje de la lado la incertidumbre y por fin conozcamos la verdadera intención y el contenido de esta reforma, hacia donde apunta y que es lo que busca, desechando los slogan, que muchas veces pueden sonar rimbombantes y llamativos pero que a la hora de buscar el futuro de Chile solo siembran un manto de dudas, que se deje de lado esa necesidad imperiosa de creer que para avanzar hay que cambiarlo todo, provocando legislaciones refundacionales, ojalá, este gobierno no siga quitandole los patines a nuestro país.
